April in Managua
- The Central American Peace Concert, Managua, Nicaragua, April,23rd 1983
- Friedenskonzert für Mittelamerika, Managua, Nikaragua, 23. April 1983
Dokumentation
Fue un 23 de abril de 1983 en la Plaza de la Revolución, entre el Palacio Nacional y la Catedral Vieja, en la capital de una república conmocionada por la revolución sandinista en plena resistencia. Allí y entonces se llevó a cabo el Festival por la Paz en Centroamérica, del que participaron Luis Enrique y Carlos Mejía Godoy, Mercedes Sosa, Gabino Palomares y Amparo Ochoa, Alí Primera, Chico Buarque, Silvio Rodríguez, Daniel Viglietti, Adrián Goizueta, entre otros representantes de la canción latinoamericana con compromiso social. De aquel evento multitudinario quedaron un disco y un documental: Abril en Managua.
Era en abril
Hans Iangenberg, holandés y productor de aquel evento, cuenta que todo comenzó en Holanda en 1980. “Ese año hicimos por primera vez, con Luis Enrique Mejía Godoy y con otra gente, un festival en Holanda, por los exiliados latinoamericanos. Fue entonces que Jan Kees de Rooy, un holandés que era muy importante en la televisión como productor y realizador y que de repente se había ido a trabajar a Nicaragua entusiasmado por la revolución sandinista, lanzó la idea de hacer un festival con esas características, pero en Managua: un festival por la paz”, recuerda el productor en diálogo con emepeá.
“Recién en 1982 empezamos a planear el modo de hacerlo y yo fui en encargado de encontrar los fondos para financiar el proyecto -sigue la historia-. Hablamos con los ministerios de Cultura de Grecia, de Francia y de Holanda. Era la época en que Europa era sensible a lo que sucedía en Latinoamérica y había recibido a muchos exiliados de las dictaduras. Así fuimos juntando apoyos de distintas instituciones, estatales e intermedias. El gobierno sandinista puso todo lo referido al armado del escenario; y los artistas, cada uno, iba a llegar a Managua por sus propios medios, cosa que no era fácil porque en el norte del país ya había enfrentamientos armados con los Contras. Además, a medida que avanzábamos en la organización aparecían problemas, sobre todo de infraestructura”.
“Por ejemplo, en todo Centroamérica no había un equipo de sonido capaz de amplificar y grabar un festival multitudinario, al aire libre. ¿De dónde lo podíamos traer? ¿De Estados Unidos? No era el caso. Hablé con la compañía Ampco y con Johan Mallijsen en Holanda y llegamos a un acuerdo para que envíen el material por barco, la manera menos costosa, e insistir para estuviese a tiempo en Puerto Corinto, en Nicaragua. También la televisión estatal holandesa nos puso a disposición equipos y gente para poder filmar, sin pedirnos un centavo a cambio. Así pudimos grabar y filmar lo que sucedió ese día”.
“La producción íntegra costó 700 mil dólares y no dio ganancia alguna, sobre todo porque nadie había pensado mucho en los derechos y esas cosas. El documental fue exhibido a través de la televisión holandesa y el disco le dio ganancias sólo a la compañía discográfica que lo comercializó. Cuando me reclamaron las ganancias, lo único que atiné a decir fue que habíamos hecho algo único, que quedará en la historia. Estoy orgulloso de lo que hicimos: un festival por la paz y un disco que hoy en día es el más pirateado de la Web”.